sábado, 5 de mayo de 2007

El guiño Izquierdista


Mientras la molestia de tener que recorrer agitadamente una y otra vez los abarrotados pasillos de Homecenter para encontrar todo lo que necesitaba me agotaba la paciencia, yo ni me sospechaba que en el pasillo 34 me esperaba una maravillosa y sutil insignificancia. Un hombre alto, gordo (gordo), 25-30 años, vistiendo la iconográfica polera con la cara del Che Guevara en el frente, avanzaba distraídamente en dirección hacia mí, realizando un barrido visual de toda la estantería, con movimientos de cabeza cortos, súbitos, más bien propios de un pájaro, auto-exprimiéndose todos los músculos faciales, como ordeñándose el sudor, buscando quizás qué cosa. Lo veo y de manera casi magnética derivé a la enorme cara del Che. Y ahí estaba: uno de los grandes rollos de este voluminoso consumidor, uno de esos pliegues que iban y venían como los bombos de un desfile mientras él caminaba, se ocultaba precisamente detrás de uno de los ojos del líder revolucionario, cruzándolo como una gran cicatriz interior, haciendo que se abriera y cerrara al compás de su paso. Y estratégicamente, al ritmo de esa marcha, fue como si el Che me mirara fijamente y me guiñara un ojo, una y otra vez, como sonriendo, feliz de usar como vehículo a un ingenuo distraído y enorme consumidor de Homecenter.

No hay comentarios: