martes, 5 de junio de 2007

El Truco más Silencioso

A veces pienso que eso llamado “mundo interior” viene de la natural distancia que crece entre el deleite de mirar y oír - de saber dónde y cuándo mirar y oír - y de nuestra capacidad de comunicar, hablar y describir las mismas cosas. Entre esas dos velocidades interiores se acumula irremediablemente un tumulto de miles de imágenes, sonidos e ideas. Aquello que queda entre medio, esa distancia geométrica, esa interioridad viva, nace entonces de la manera opuesta a cómo nacen los trucos de un ilusionista; para nuestro bien, el ojo es aquí cien veces más veloz que nuestra propia mano.

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