sábado, 13 de octubre de 2007

La Geometría de los Amigos I

Hace ya algún tiempo que los amigos y la noción de los círculos me son casi una sola y la misma cosa; un bonito coqueteo entre cómo funcionan en un cierto nivel las amistades, y la noción de algo no sólo cíclico, sino también redondo. Alguien me hizo ver una vez que los amigos no son en sí ingratos, sino que cada amigo tiene con uno una relación tácita, rítmica, única, periódica, asociada a tiempos y distanciamientos. Tal idea, de que con cada amigo uno tiene un ritmo propio de reencuentros, que las amistades se dibujan como un verdadero sistema solar, no parece en lo absoluto un misterio, pero la noción de que el distanciamiento con esa persona no es sino la promesa del retorno, me parece, al menos, curiosa y muy bonita. Curiosa porque, como los grandes acontecimientos de la historia, aquellos amigos más lejanos de pronto cobran una inusitada elegancia; una importancia ganada espontáneamente, poniendo pies arriba una de las jerarquías más lógicas y naturales. Hermosa porque alterna la ingratitud y la distancia por un compromiso implícito y silenciosamente agendado.

No hay comentarios: