viernes, 3 de octubre de 2008

Los Hipersensibles


El tipo que vende botellas de agua en el semáforo, sabe que esa botella vacía que agita al viento rellena con papel celofán, es el preciso espejismo que el conductor quiere ver fuera de su sofocante burbuja de calor. Sudar bajo ese sol, con una botella de hielo perpetuo en la mano es su mayor mérito.

El ciego que sube a cantar a la micro, en la enésima vez, saluda con un tembloroso, aturdido y truncado “buenas…”

En el semáforo le digo con sorpresa -“$200?!”-, a lo que él replica marcialmente -“es chuá”-.

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