
viernes, 3 de octubre de 2008
El Eterno Testigo

Los Hipersensibles

El ciego que sube a cantar a la micro, en la enésima vez, saluda con un tembloroso, aturdido y truncado “buenas…”
sábado, 3 de mayo de 2008
Worldbook | A seis pasos de todo

La noción de familia ahora tenía para mí límites inquietantemente difusos, así que por años entendí al mundo y a los desconocidos como reales familiares, no en términos humanitarios ni fraternales, sino efectivamente sanguíneos. Las diferencias irreconciliables entre las partes de esa familia (razas, lenguajes, credos) no eran sino producto de la mera distancia y de todo lo que ella engendra. Con el paso de los años, la inquietud fue desvaneciéndose, hasta que varias manifestaciones la fueron trayendo poco a poco nuevamente a la luz: la teoría de los 6 grados de separación (2), el manoseado concepto de “aldea global”, y Facebook, el por ahora revolucionario Facebook.
Facebook trajo a la superficie todas las ideas anteriores, pero a diferencia de los ideales de la globalización, pone las cosas sobre la mesa de una vez, y lo hace en un lenguaje casi, casi ultra doméstico: la persona que virtualmente está cerca de mí, es una persona vivencialmente cercana a mí. Así empieza, y aún más central: nos conecta a gente desconocida, potencialmente conocible, porque es amigo de un amigo, o porque nos une un amigo en común, y de paso, hace posible también encontrarse sorpresivamente a uno mismo en las fotos de otra persona desconocida, quedando virtuosamente abierta la ventana para contactarse y encontrar una razón de ese bello fenómeno (3).
Facebook es el nombre de una geometría; en teoría, la inquietud que tenía de niño ahora es empíricamente comprobable: es cosa de sentarse frente a Facebook y esperar que la última persona en el mundo acepte en sus contactos a la anterior y cierre el fastuoso y monumental círculo de la titánica y única familia (ahora sí fraternal) que somos todos. Y ahí, volver a hacer el asado.
(1) léase al respecto el post “De las Velas al Viento, la mayor de todas”
(2) léase al respecto el post “La Geometría de los Amigos II”
(3) léase el post “La Rostridad II”
viernes, 18 de abril de 2008
El Ubicuo ( Dos Momentos Imperecibles )

“nada tiene que ver el dolor con el dolor / nada tiene que ver la desesperación con la desesperación / las palabras que usamos para designar esas cosas están viciadas” E. Lihn
Un hombre de pie, paralizado bajo el sol. Frente a él, un templo budista. Detrás de él, una escalera casi eterna subiendo hasta los pies de un buda sentado de dimensiones sobrecogedoras. Entre el hombre y el buda, decenas de personas suben para tocar esa majestuosidad sentada sobre uno de los muchos cerros verdes que forman el lugar. Entre el hombre y el templo decenas de personas; hombres, mujeres, ancianos, niños, depositan con humildes reverencias inciensos prendidos en un ánfora generosa. En torno a ello se oye por todas partes, dulcemente, la música de los monjes budistas. Buda y templo se miran mutuamente; están alineados como una flecha. Esa flecha puede inmovilizar a cualquier hombre que entre en su campo, dejándolo apenas con el aliento como para agradecer al cielo poder estar ahí.
Una mujer entra de noche a una laguna apartada de todo ruido, donde la luna llena es lo suficientemente bondadosa como para enseñarle el camino. Con natural mutismo, la mujer avanza hasta el centro de la laguna, cuando de pronto, maravillada, nota que el movimiento de sus brazos empieza a dibujar trazos de luz en el agua. Nunca ha experimentado, ni siquiera imaginado algo similar; cada uno de sus movimientos queda registrado en la oscuridad del agua con un hermoso haz luminoso. Mientras esculpe la laguna con trazos armónicos y singularmente mágicos, algunos peces cruzan la profundidad como rayos fulminantes de luz perdiéndose hacia la oscuridad.
viernes, 21 de marzo de 2008
El Ermitaño Radiante ( Ignorance is bless )

Las Sonografías

Las Olografías

Las Tactografías

“It's the sense of touch. In any real city, you walk, you know? You brush past people, people bump into you. In L.A., nobody touches you. We're always behind this metal and glass. I think we miss that touch so much, that we crash into each other, just so we can feel something.” Crash.
Bailarina BIP
